ARQUITECTURA RELIGIOSA

CONSTRUCCIONES DE PIEDRA EN CASTRILLO TEJERIEGO I. 

(ARQUITECTURA RELIGIOSA).

      Jesús Rey de la Rosa. 

      Mayo de 2022

 

 

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       Si lo prefieres puedes leer a continuación el texto completo con alguna de las fotos del 
       trabajo original, no todas.                 

 

Prólogo:

En este segundo artículo, igual que en el precedente, con la idea de ayudar en el conocimiento de nuestro patrimonio, se realiza este intento de Inventario descriptivo, para, como hasta ahora, mejor valorarle y protegerle, no permitiendo ni facilitando su expolio, y agradeciendo a sus anteriores y actuales titulares habérnosle legado.

En las Construcciones de piedra de Castrillo Tejeriego se han establecido dos subcapítulos: Uno con las Obras correspondientes a una Arquitectura Religiosa (La Iglesia, La Ermita, Las Cruces, El Convento, La Cilla o Panera de la Iglesia, El Cementerio) y otro con las comprendidas en la Arquitectura Civil (Las Casas de piedra caliza, Las Piedras destacables como tales, Los Cercados de las Eras, Las Bodegas, Los Chozos, El Ayuntamiento, El Caño y el Arca).

En el presente subcapítulo de las Obras de Arquitectura religiosa, inicialmente se citan las canteras del Páramo y de la Dehesa, como origen de las piedras (roca caliza) que mayormente se emplearon en los edificios de este material en Castrillo, especialmente la del Páramo. Como construcciones de piedra de Arquitectura Religiosa, se referencian: 1.- La Iglesia; 2.- La Ermita y 3.- Las Cruces asociadas y recuerdos; 4.- El Convento;  5.- La Cilla o antigua panera de la Iglesia; 6.- El Cementerio.   

La información histórica y muchas fotos se han obtenido del extenso, documentado y preciso trabajo realizado por Alfonso de la Fuente Sancho.

No se han incluido como construcciones de piedra los silos considerados de época vaccea, de hace unos 2300 años, descubiertos con la zanja realizada para enterrar la tubería de agua al depósito superior de abastecimiento al pueblo; ni los silos mayores, de varios metros de ancho y profundidad, con cientos o miles de años, pero sin poder precisar su inicio, que pudo ser en épocas muy diferentes, hundidos al arar y caminar las caballerías sobre ellos o en rehabilitaciones urbanas; ni la considerada antigua necrópolis visigoda o las antiguas ermitas, al no existir o ser muy reducidos los restos de sus construcciones; ni el posible castro vacceo de hace unos 2500 años, continuado en el antiguo castillo medieval, existente desde los años 1000-1200 hasta 1600, al no disponer en estos casos de algún resto de las posibles piedras de su antigua edificación en la explanada superior de su cerro o en un escalón intermedio; ni el antiguo palacio, ni el hospital, de los que tampoco se conocen elementos que pudieran haber procedido de aquéllos edificios; ni el “juegopelota” que hubo o el anterior puente de la carretera Cuellar-Villafuerte.   

(Silos conocidos como vacceos, en el cotarro del Cementerio)

 

 

(Panorámica desde el Sur, hacia 1980. Cerro en el que en su explanada superior y en el escalón intermedio estuvieron el previsible castro vacceo y el castillo medieval. La ladera meridional incluye al casco urbano).

A continuación, destacando la Iglesia gótica actual, con su sillar obtenido a partir fundamentalmente de la  piedra extraída en la cantera del Páramo, se relacionan los edificios y construcciones de piedra, así como el empleo en ellos de diferentes tipos y orígenes de la misma.            

(Piedras sillería de las paredes de la iglesia, y una similar actual en la zona de la antigua cantera del Páramo)

 

En otro siguiente y próximo subcapítulo se describirán las Construcciones de piedra de carácter civil (Las Casas, las Piedras destacables, los Cercados y las Eras, las Bodegas, los Chozos, el Ayuntamiento, el Caño y el Arca)              

 CANTERA DEL PARAMO (LAS BROCADAS) Y DE LA DEHESA.

Con  mayor o menor aportación en la construcción del citado castillo, sin conocer con más precisión que la histórica la importancia de sus piedras, inicialmente sí cabe mencionar aquí esta cantera del Páramo por la importancia que tuvo en la construcción de los más destacables edificios de piedra en Castrillo y que luego se citan. En su caso, también se mencionan otras canteras, que con menor desarrollo tuvieron presencia en las construcciones de piedra más recientes, como las que hubo en la Dehesa u otras de pueblos próximos.

                            

(Zona de la antigua cantera de caliza, 2-2,5 has, con tres frentes de extracción en fases diferentes e intermitentes durante 400-600 años, hasta 1885. El Páramo (Las Brocadas), final NE del barco de Carrapiña y caminos. Fotografía aérea del “Vuelo Americano”, 1957 (I.G.N.).

La foto es anterior a la concentración parcelaria de 1966 con las pequeñas parcelas y caminos de entonces, por tanto muy similares a las de la inicial situación después de la roturación, apreciándose que las formas de aquellas parcelas estaban condicionadas por los previos relieves de la cantera.

(Zona de la antigua cantera de caliza con los tres frentes de explotación y sus accesos, sobre las calizas del Páramo II. Cabecera del Barco de Carrapiña y Páramo de las Brocadas. Vista aérea actual (I.G.N.).

En 1850-1860 se roturaron las 450 hectáreas del Páramo, que fue un monte con robles y encinas cuando estuvo activa la cantera muy hasta su final. El acceso se realizaba por el Suroeste, por el barco de Carrapiña y el camino al Páramo.

(Vista desde el Este y Norte del Frente-2 de Explotación. La zona de la cantera no presenta afloramientos calizos, al estar cubiertos por la vegetación existente y modificados por las labores agrícolas.)

 

(Vista panorámica desde el Oeste, y piedra caliza en su entorno.)

Los frentes de la cantera, como obra humana, presentan preferentemente bordes rectilíneos bastante continuos, a diferencia de los barcos (p.e. Valdenebrera) y barquillos, fruto de la erosión fluvial, que tienen bordes semicurvos, poco continuos e irregulares.

Acostumbrados a valorar el esfuerzo humano y creativo p.e. de hacer una Iglesia, no se suele estimar de dónde surgieron las piedras para hacerla, que en Castrillo lo fue con una excavación de varias hectáreas y 3-5 m de profundidad, que impresionan, viviendo el esfuerzo y buen hacer de “esos canteros que sacando piedra a piedra casi generaron tres barquillos”.  

(El Páramo. Piedras de las características de las empleadas como “sillar” en las paredes, contrafuertes y campanario de la Iglesia, así como en las esquinas, arcadas y campanario de la Ermita, Convento y en varias casas de Castrillo. La piedra de la foto de la derecha está algo redondeada y mucho más meteorizada. Todas han sido “escantadas” para facilitar las labores agrícolas y agrupadas en “majanos”.)

Las piedras más planas y menos gruesas son similares a las utilizadas en la construcción de la torre actual de la Iglesia y en la pared “contra terreno” en la que fue “casa del conde”, con diferencia de unos 400 años antes en ésta. Los dos tipos de piedras, con mayor o menor proporción, se aprovecharon también en casas de las calles Platerías, Real, Duque, Mayor, Cuatro Calles….

 

  

(La Dehesa. También aquí se destacan pequeñas excavaciones de hasta 2-3 m de profundidad, canteras, señalizadas con puntos rojos, con indicación del posible camino de acceso (trazos y puntos rojos), aprovechadas en la base de la antigua carretera Cuéllar-Villafuerte (tramo Castrillo-Quintanilla) y en la construcción de alguna casa. Hay alteraciones con extracciones de la base caliza y “escantados” de piedras sueltas en la zona central del pago. Fotografía aérea del “Vuelo Americano”, 1957 (I.G.N.).

1.- LA IGLESIA ACTUAL, GÓTICA.

Para la construcción de la Iglesia actual, gótica, se obtuvo la correspondiente piedra en la cercana cantera del Páramo, trabajada como piedra sillar (labrada) en sus paredes, contrafuertes, columnas interiores y en la sacristía, construida inmediatamente después.

En 1539 hay un concierto o contrato con Martín de Aramayo, cantero y vecino de Mondragón, para el levantamiento de la capilla mayor y los dos primeros tramos de naves, así como su enyesado y enlucido. El plazo de ejecución de la obra era de cuatro años. En una primera fase (1539-1544) se hizo la cabecera y quizá parte de la nave central, pues en la escritura de 1567 se habla de “lo que está hecho en la Capilla Mayor y cabezera”.

En una segunda fase (1567-1571) se hicieron las naves y quizá la primera torre. El tejado realizado era de madera.

En el contrato llevado a cabo se decía que “la piedra ha de ser viva y franca; los cimientos se han de ahondar cinco pies, hechos de mampostería, y de ancho como el de las paredes de lo que está hecho en la Capilla Mayor y cabezera; las paredes han de ser de cuatro pies y cuarto de ancho, a cordel, plomo y nivel. Los pilares torales (columnas) han de ser redondos y con medio pie de zapata a la redonda en sus cimientos; han de ser sus capiteles de molduras del romano. La torre se ha de hacer al tiempo que las paredes, con una escalera para su servicio y el de la tribuna; y una bóveda rasa en lo alto de la tribuna, para poner debajo la pila bautismal. El contratista se obliga a sacar la piedra  y labrarla; y los vecinos están obligados a poner al pie de la obra las piedras extraídas de dicha cantera, a hacer los cimientos y a proporcionar todo tipo de materiales, tales como batidores, zuecos, angarillas y herradas, madera, clavazón, arena, cal". Se conocen pagos a los canteros Pedro de la Calle, Juan Martínez de Balcaba, Juan Sánchez. En 1599 Fernando Corona y Pedro Guerra hicieron las campanas, habiéndose mandado arreglar las anteriores en 1566 (Vallejo del Busto, M. 1978).

Continuando la construcción, en una tercera fase (1603-1604) se hizo el tejado con las bóvedas de piedra, y para ello Don Bernardino de Velasco donó 700 ducados. En 1729 se instala el retablo por el ensamblador de Valdezate, Tomás Ruiz, comprado a la iglesia de San Miguel de Reoyo y realizado en 1664. La imagen que hubo de María Magdalena (la “Madalenilla”), de 109 cm, adjetivada juniana, se adquirió en 1588 para el altar mayor, aunque fue la imagen procesional en su día de fiesta. Se sustituyó en 1797 por la actual, de 165 cm, del escultor Claudio Cortijo, con los característicos hombros desnudos.

La pila bautismal, románica, en una pieza de gran tamaño, tuvo que ser fabricada a propósito en una cantera ajena al pueblo, al no poder realizarse en Castrillo el labrado sobre piedras de este volumen.

Las piedras para su construcción, calizas labradas, sillería, deben proceder en una no grande proporción de las ruinas del castillo y de la anterior Iglesia, ya que la actual puede tener un volumen de piedra casi del doble de estos otros dos edificios y, a su vez, existe una clara homogeneidad en sus paredes y contrafuertes, por lo que se abasteció seguramente, en una gran parte, de la cantera del Páramo, como puede deducirse del contrato citado.

Para valorar los medios animales con que se contaba para efectuar el transporte de las piedras desde el Páramo, con una fuerte cuesta de bajada, citar que en 1334, según el Notario-Escribano Gonzalo Pérez, en Castrillo para labor, uso agrícola, y el necesario acarreo y porte había 27 bueyes. Según C.M.Reglero y M.Herrero (2021), en 1558 había 18 parejas de bueyes, 12 mulas y 4 yeguas.

(Planta de la Iglesia (Vallejo del Busto, M. 1978). No incluye la traza de la casa (“del sacristán”) aneja en el Noroeste.)

Hacia 1750 se derrumbó la primera torre, edificándose la actual con piedras de 10-20 cm de espesor, más planas y menos gruesas que las principales, aunque también obtenidas en la misma cantera del Páramo.

El tercio superior de la nueva torre se construyó con cierta precariedad, medios muy limitados y objetivos esperanzadores. Con ello se logró la primera aspiración, aunque se pretendía instalar las campanas a una altura relativamente baja, ya que, después, al apreciar que su sonido no sería el idóneo, junto al ánimo del Párroco, se amplió ese objetivo inicial, aumentándose su altura por encima de los huecos previstos, tapándose estos y construyéndose, por encima, el actual, más alto.

Se acabó al fin el campanario, con piedras distintas a las del resto de la torre y similares a las de las paredes principales de la Iglesia, probablemente reutilizando algunas restantes del hundimiento de la anterior torre. 

Simultáneamente se reformaron y taparon algunos huecos anteriores como el que exteriormente permitía acceder al campanario. Este se diferencia de la torre, por estar construido, junto con el remate triangular, hacia 1885, con sillares similares a los de las principales paredes.

Se conoce la coplilla que los jóvenes que trabajaban la piedra de la torre entonaban sobre su duro trabajo y la, para ellos, escasa calidad de la piedra.

Entre 1750 y 1800 se hizo el cancel de la puerta, la gran cajonera de la sacristía, el sombrero del púlpito y la sillería del coro, adquiriéndose también el órgano.

(Panorámica desde el Norte. Foto: Escapa, Ernesto. Diputación Provincial de Valladolid. 2009.)

(Vista aérea de la Iglesia y explanada, desde el Sur. A mediados de 1880 se llegaron a “arar unos surcos en el atrio de la Iglesia”, dificultando asimismo allí el juego de la pelota a los castrilleros.)

(Vista panorámica de la Iglesia, donde se observa la cima de la bóveda de la nave central que antes se unía con la torre y a través de la cual se llegaba al hueco existente entre aquéllas y el tejado superior, en la que nidificaban numerosas palomas y sus palominos. Ahora las bóvedas y la torre están separadas.)

(Iglesia. Fotos: cerro del castillo y campanario. rtve “El escarabajo verde. Palabras de antaño”. Castrillo Tejeriego, Jorge Urdiales. 2022-04-29. Fachada Sur: Foto, Arturo Urdiales Prieto.)

(Iglesia. Torre, reloj y cruz de remate. Fotos: rtve “El escarabajo verde. Palabras de antaño”. Castrillo Tejeriego, Jorge Urdiales. 2022-04-2 ).    

                    

(Foto de la Iglesia en el libro de 1944 “Entre dos Castrillos”… vida de D. Facundo Palacios Arias, Párroco de Castrillo Tejeriego, en el que se narra cuando en 1885 se levantó la torre (“un cacho de espadaña”), un “pequeño” campanario y el triángulo del remate. Con el citado Párroco se trasladó a la Iglesia la verja de madera que había en la Ermita, y se instaló separando el Coro de la nave mayor. Se narra que “fue cosa pintoresca y animada el traslado de esta verja, pues cada chicuelo transportaba un bolo de la cimera, y aun llevaron un borriquillo para conducir sobre sus lomos el travesaño mayor”.)

Como dato comparativo en cuanto a la feligresía existente para uso de la Iglesia, la población de Castrillo a mediados del siglo XIV, según los datos de los citados en el registro de Gonzalo Pérez, asciende a unos 200-210 hombres y unas 59 mujeres; en 1558, con el primer censo realizado, ascendía a 123 vecinos pecheros y viudas, 10 huérfanos, y 44 forasteros tenían heredades en el término; en 1591, Castil de xeriego, en el Censo de Castilla, contaba con 102 vecinos, sin indicar cuántos habitantes corresponden a cada vecino, 96 pecheros (obligados a pagar impuestos), 1 hidalgo, 5 religiosos, y no se cita ningún Monasterio, ni Convento, ni Hospital. Según el marqués de la Ensenada, en 1752 incluía 79 casas, ninguna arruinada. En 1850, según Madoz, tenía unas 80 casas calculándose cuatro habitantes por cada casa (“cuatro personas por cada vecino”). En el citado libro se indica que hay una población que “se eleva hoy (1944) a 700 almas”, con expresiva referencia a los habitantes. 

        

(Izquierda: Torre de la Iglesia hacia 1960, con el anterior remate triangular (frontón), cruz y veleta, y nido de cigüeña. Derecha: La torre con el campanario actual, rehabilitados en 1965-66 por Andrés Samaniego, sin el remate triangular, con un nuevo final de hierro (realizado por Demetrio Santaolaya para completar la torre e incluir una cruz, porque quizás resultaba algo “chata”) y un nido de cigüeña, demandado por los vecinos al no oírse el crotoreo y sentir su actividad, y recuperado por el Ayuntamiento. Protección perimetral de la explanada, con piedras de distintos tipos, parcialmente hundida y rehabilitada en los últimos 30-50 años.)       

                        

(Campanario con barandilla de protección y “pasamanos” del magnífico “mirador” del valle del Jaramiel. Campanario aislado de las bóvedas. Reloj de la torre de la iglesia, realizado por el relojero Antonio Canseco, comprado por el Ayuntamiento en 1886 e instalado entonces, y que en el 2000, con el beneplácito del Ayuntamiento, se reparó por Fermín Gutiérrez. Foto central, Diputación Provincial de Valladolid)

 

(Iglesia. Torre, campanario y fachada Oeste. En líneas de puntos rojos se diferencian las fases de construcción, con una primera regular y ordenada de la parte inferior y central, mientras que el tercio superior fue menos rígido, quizás en situación económica más precaria y difícil. Se incluyen los huecos para dos campanas, señalados en líneas de trazos, y que después se taparon. Se finalizó la torre con un campanario más elevado, facilitando así una mejor audición de las campanas.)

Todo ello se realizó con la demanda y ayuda vecinal, con la venta de la extraordinaria lámpara de plata que había en medio de la iglesia, e intensa actividad del Párroco (Don Facundo Palacios Arias, fallecido a los 42 años por pulmonía, ¿pandemias como ahora y con menos medios?). En aquéllos tiempos, junto al duro trabajo, también se incluían momentos para “valorar” la piedra y recitar: “Esta cantera es muy mala; y muy dura de sacar; y para torres no vale; ya lo puede usted dejar. ¡Don Facundo, don Facundo; déjese de tonterías. Que según ha “estao” la torre; puede estar toda la vida!”

El campanario se construyó con piedras distintas a las del resto de la torre y similares a las de las paredes principales de la Iglesia. El actual campanario está sin el frontón triangular superior, que tuvo anteriormente, hasta hace unos años, y con el muy reciente remate de hierro, cruz y veleta (y nido de cigüeña).

En la izquierda de la foto, casa aneja a la Iglesia para vivienda auxiliar, construida, independientemente de aquélla, aunque parcialmente con piedra similar. Sin ocupación ya hace tiempo, y en la que hoy solo son reconocibles sus paredes exteriores.   

 

 

(Fachada Sur, pared principal con contrafuerte, arco de entrada, con nuevas rampa de acceso y puerta de madera. A la izquierda pared del recinto de subida a la torre. Detalle de alteración meteórica superficial en las piedras.)

(Fotos superiores: Subida al campanario, torre y casa aneja (“del sacristán”). Fotos inferiores: Fachada Sur y pared de la sacristía, construida posteriormente a aquélla, con puerta interior de paso.)   

 (Las piedras, especialmente las de las paredes orientadas al Norte, presentan una ligera alteración superficial (meteorización).

(Pared Norte, limítrofe con el antiguo cementerio, manifiestamente deteriorada en su base por la humedad, con parciales correcciones).

 

 

(Protección perimetral de la explanada y escaleras de acceso, con piedras de distintos tipos, algunas recicladas y la mayoría procedentes de los páramos locales.)

 

(Mismo tipo de piedra, empleada en épocas diferentes. Fotos izquierda y centro: Torre y pared de la subida al campanario, hacia 1800. Foto derecha, pared trasera, “contra terreno” de la casa del Conde, de la que también quedan restos de sus cimientos, contruida mucho antes, hacia 1400)

(Izquierda, pared trasera “contra terreno” de antes dos pequeñas viviendas, en la calle del Barrio Nuevo, próxima a la Iglesia en su zona Norte. Derecha, majano con piedras similares actuales en la zona de la cantera.)

(Niñas Primera Comunión. Década años de 1960. Iglesia, Nave Derecha. Altar Santos Justo y Pastor. Fondo izquierda, confesionario con un seno de madera realizado por el Párroco D. Facundo Palacios (1886). Delante, piso de losa de piedra caliza (fría), posteriormente cubierta por tarima de madera, instalada por Áureo Calvo.)

(Interior de la Iglesia. Tres naves, altar mayor y columnas, éstas con piedras trapezoidales de caliza previsiblemente de la cantera del Páramo, como las paredes. Altar mayor. Detalle de Santa María Magdalena. Zona oriental de la pared Norte, pinturas antiguas, posteriormente picadas y tapadas con yeso o cal, “enjalbegándose” hacia 1885, inmediatamente a “La Peste” del cólera morbo (1885), y recientemente con un intento de descubrirlas nuevamente.)

Es complicado y muy costoso económicamente el mantenimiento de edificios, como esta Iglesia, en reparaciones y restauraciones, con los objetivos de lograr su mínimo en las “cubiertas” y elementos principales, o llegar a una restauración integral hasta alcanzar su estado inicial. Se ha citado el caso de la torre y su unión con la bóveda principal, y similar ha sido el de la conservación de la bóveda de crucería de la nave de la epístola efectuada entonces por Ausencio Pinilla, consiguiéndose su reedificación a costa de no haber podido mantener la original, con medios técnicos y económicos que resultaron ser insuficientes.

Espectacular resultaba el andamio de madera para pintar el interior, hace 40-50 años, y el desplazamiento de este pesado equipo, tan alto como las bóvedas, a base de la ayuda física de los vecinos, convocados a tal fin cuando ello era preciso. Hoy día, la restauración del tejado es otro ejemplo de los medios económicos no siempre acordes con las costosas necesidades.

Destacar aquí el contraste existente entre el magnífico patrimonio físico y cultural, y los medios necesarios para su deseada conservación. Importante, necesaria y precisa aportación, tanto económica como técnica, que únicamente, por su magnitud y dificultad, reconociendo y valorando el esfuerzo propio de los castrilleros, solo pueden aportarla las administraciones correspondientes. Hoy no existen, o son muy anecdóticos, los mecenas equivalentes a la nombrada familia de don Bernardino de Velasco, a su vez con un entorno socio-económico y cultural distinto del actual. 

  

(Interior de la Iglesia. Presbiterio, bóveda de crucería. Nave central, columnas y coro con verja de madera traída de le Ermita y pila bautismal románica. Fotos: members.fortunecity.es )

(En primer plano la Iglesia y el núcleo urbano. Al fondo la Ermita. Foto: Diputación Provincial de Valladolid.)

   

(Iglesia de Santa María Magdalena. Fotos obtenidas del Vídeo Excmo. Ayuntamiento de Castrillo. Fiesta de la Virgen de Capilludos. Eurostar Films – Almersoft.  5 de junio de 1990)

(Iglesia de Santa María Magdalena, Patrona de la Villa de Castrillo Tejeriego. Fotos obtenidas del Vídeo “Excmo. Ayuntamiento de Castrillo. Fiesta de la Virgen de Capilludos”. Eurostar Films – Almersoft.  5 de junio de 1990. Pérdida de nitidez en las imágenes, al haber sido transformadas a través de varios formatos desde la cinta original).

2.- LA ERMITA

Las ermitas, aunando la devoción religiosa y el sentimiento local, tienen un carácter propio, diferenciado del de la Iglesia Universal. En cuanto a su ubicación, en Castrillo en un cerro y sobre una encina (o roble); a cierta distancia del núcleo de población, 1,5-2 km, 20-25 minutos andando; su tamaño, con una inicial planta que solía ser cuadrangular y que en Castrillo es rectangular; con estructura sencilla y con muros de mampostería o sillarejo, y rara vez de sillería; con cubiertas de bóvedas de cañón y cúpula sobre pechinas en el presbiterio. Seguramente se parte de una primera fase con edificación local a otra más planificada, con intervención de profesionales y artistas cualificados.

(Castrillo Tejeriego. Vista desde el Oeste, cerro del castillo y al fondo la Ermita.)

(La Ermita actual se emplaza en una excavación y explanada realizada en el cotarro de la margen derecha del arroyo Jaramiel.) 

(Ermita y explanada. Vista aérea: José Luis Morato.)

Capelludos, de acuerdo con Reglero, M. y Herrero, M. (2021), es citada por primera vez en 1087, como una donación de Gonzalo Álvarez a Cluny (recién incorporada esta Orden a España), “en despoblado”. Martín Fernández La Correia, al frente del castillo en 1165-1169, “donó una serna en Capelludos al monasterio cisterciense de Santa María de Valbuena”. En 1187 y 1199 entre las propiedades de Valbuena se incluye la casa de Santa María de Capelludos en el territorio de Castrillo. En 1334 (Gonzalo Pérez) se cita “ffreyra” (ermitaña) y tierras de este “sancto lugar”.

En el inicio de obras más planificadas para acoger a la aparecida Virgen de Capilludos, en el siglo XIII, las piedras empleadas en la construcción de la Ermita son de caliza, sin conocer con documentación el origen de aquéllas.

Con varias fases de construcción, la mayor parte pueden proceder de la cantera o canteras próximas de poco desarrollo y carácter intermitente del Páramo o de la Dehesa, así como de “escantar” escogiendo las piedras del suelo de estos parajes. Las descripciones anteriores conocidas consideran que “el material utilizado en su construcción es piedra, sillarejo, mampuesto con abundante argamasa y ladrillo en algunos arcos y óculos”.

En 1441 parece que, con otra construcción, sólo existía previamente la nave hoy dedicada a San Andrés. En 1545 se hacía la casa de Nta Señora y “hazer” el corredor y ventanas. En 1604 el cantero Pedro Buegas Corlado recibe 300 ducados por las obras que realizó.

“En 1677 se edificó la capilla de San Andrés, prolongación de la primitiva, con los materiales de una Ermita que se había arruinado en el pico del mismo nombre, en La Dehesa, entonces Monte de los Condes de Salazar y después de Valeriano Pelayo y Francisco Cortijo” (Recio Urdiales, F. 1903). En 1683 se hizo el camarín que está detrás del altar mayor con pinturas y una gran vidriera. En 1689 Pedro López cobra por los trabajos efectuados.

(Foto: Ángel Álvarez, S. (fotolaguna2000.blogspot.com.es))

(Ermita hace 10-15 años. Fotos: Domvs Pvcelae, 2021.)

(Ermita, antes y después, sin y con protección de canalones perimetrales.)

(Ermita, desde el Este.)

(Planta de la Ermita. Zalama Rodríguez, M. 1987)

(Ermita. Fachada Oeste, Campanario, Pared Norte.)

(Ermita. Pórtico-soportal, en la fachada Sur. Foto derecha: Domvs Pvcelae (blogspot.com ) 

(Ermita. Vista del cotarro desde el Sur, y noche desde el Oeste. Fotos: izquierda, rtve “El escarabajo verde. Palabras de antaño”. Castrillo Tejeriego, Jorge Urdiales. 29-04-22; derecha Luis Domínguez )  

(Ermita, interior. Tres Naves y Altar mayor. Nave central y Coro. Cúpula (“Media Naranja”), foto de 2014)

(Nave central. Altar mayor, con hornacina de la Virgen. Camarín de la Virgen y cristalera) 

(Fotos. Altar mayor con el retablo de pintura de 1530-1550, realizado por el pintor vallisoletano Antonio Vázquez y posiblemente encargado por don Bernardino de Velasco y su esposa, Catalina de Guevara, con la hornacina barroca en el centro. Izquierda, 1987 (Zalama Rodríguez, M.). Centro 2021, Rubén Olmedo y J. M. Travieso, Domvs P.). Foto derecha (Arturo Urdiales Prieto): Grabación “El escarabajo verde”. TVE2. Jorge Urdiales. 12-03-2022)

La Ermita dispone de sillares en las esquinas, contrafuertes y campanario, con las piedras de las paredes menos seleccionadas y poco labradas. Destacar la cúpula de la “media naranja del camarín, sobre pechinas, con representación de cada uno de los elementos celestiales, así como el pequeño coro para colocar el armonio, con que en su tiempo se enriqueció la Ermita, con pinturas góticas del siglo XVI semejantes a las que se conservan en la iglesia parroquial”. (Zalama Rodríguez, M. y Urrea Fernández, J. 2004).

Se corresponde con un edificio de 30 m. por 17 m. de tres naves separadas por pilares con arcos ojivales, añadiéndose hacia la mitad de la nave central las capillas laterales. A esta nave se accede externamente con entrada bajo arco de medio punto, presentando interiormente un arco triunfal también de medio punto y un coro alto a los pies. En reformas posteriores se añadieron el pórtico que cobija la entrada adintelada en la fachada Sur, la sacristía en la fachada Norte y el camarín adosado en la cabecera. Dicho pórtico fue realizado en 1776 por Baltasar y Francisco Velasco con piedra sacada de la cantera, por 853 reales; con tres grandes arcadas de medio punto con ladrillo, desde gruesos pilares de piedra mal escuadrada, habiéndose tapado después la arcada más cercana a la cabecera, aumentándose así el espacio interior de la nave meridional. La espadaña se divide en dos cuerpos, con piedra de sillería en sus esquinas, huecos (puerta de entrada y ventana), y el campanario, con dos “campanillos”, frontón y cruz que le remata.

El retablo mayor, de la primera mitad del siglo XVI probablemente procediera de la iglesia parroquial del pueblo, y que se trasladaría a la ermita en el siglo XVII cuando se compró en Peñafiel el nuevo retablo para la iglesia. (Urrea Fernández, J. 2004).

En 1595 se picó en sus muros el escudo de los Velasco, Condes de Salazar, anteriores patrones y hasta entonces con algún derecho de patronazgo, al no aportar los fondos necesarios y decidir ser enterrados en el recinto de la Iglesia de Santa Ana en el Convento y no en la iglesia parroquial.

En 1776 Baltasar y Francisco Velasco, arquitectos, realizan el pórtico que cubre la entrada principal con “ladrillo y gruesos pilares de piedra mal escuadrada”. Este último también fue quien dio término a las obras de la Iglesia. El mismo año se realizó la mencionada cúpula (“media naranja”).

Hacia 1885, siendo Párroco de Castrillo D. Facundo Palacios Arias, se instaló la verja de hierro que hay en la Ermita, regalo de varios vecinos de Castrillo (G. y F. Cortijo, S. de Aza e I. de la Fuente), y la de madera de la segunda mitad del siglo XVII, que entonces había en ella, se trasladó a la Iglesia.

La imagen de la Virgen de Capilludos es una talla románica de finales del siglo XII o principios del XIII, de de 0,58 cm de altura, con una bola o frutilla (manzana como símbolo de la nueva Eva) en la derecha, y en la mano izquierda  el Niño sujetando el libro de la Ley.  

 

(Foto superior izquierda, 1987 (Zalama Rodríguez, M.). Centro y derecha, reciente restauración, exposición 2019. Fotos inferiores, “vestida con el manto”, 1950 y actual. “Angelitos” en la base. La media luna de plata colocada a los pies fue donada hacia 1600, por “Juan Bautista de Escobar, secretario de Don Bernardino de Velasco…”.  Foto inf. penúltima derecha (domvspvcelae.blogspot.com), imagen en la Iglesia delante del altar mayor,)

Hace pocos años se ha restaurado el retablo y vuelto a repintar la imagen románica que, a su vez, ya lo había sido al menos en otra ocasión. En general, con todos los matices precisos, se considera acertada y buena la restauración del retablo y, una vez más, es menos aceptada la de la talla de la Virgen, como tampoco lo fue la anterior. En estos repintados de la talla, parece ser que con buen criterio, no se modificaron los colores de las tallas de los angelitos que están a los pies de aquélla.

Contrastando con lo indicado, citar aquí lo comentado por J. M. Travieso y Rubén Olmedo (Domvs Pvcelae, 2021), “recientemente la Virgen de Capilludos ha recuperado su policromía original en la restauración presentada en la exposición realizada en 2019, eliminándose los desafortunados repintes que presentaba;  no siendo fácil contemplar la figura románica original, al haber sido transformada con criterios barrocos, para convertirla en una imagen vestidera con completo recubrimiento textil de una túnica bordada y acampanada -que apenas deja asomar la cabeza del Niño-, un largo manto que cubre hasta la cabeza, una base con tres cabezas de querubines para aumentar su altura, diversas piezas de orfebrería, como el rostrillo, la gran corona y una enorme media luna colocada al frente para exaltar su condición de Inmaculada Concepción”. 

        

(Virgen de Capilludos, restaurada. Querubines (“los angelitos”). (Domvs Pvcelae, 2021; Rubén Olmedo y J. M. Travieso, 2021)

Comentar, el contraste que puede suponer la incorporación de la media luna a los pies de la Virgen, a veces considerada como dominio de ésta sobre aquélla, con la de esta imagen de la media luna, cuatrocientos años después, en la parte superior del escudo de Castrillo.

 

Destacar la relación asociada a la Virgen de Capilludos con hechos históricos, como los acaecidos en Cuba y Filipinas en 1898, por los que un año antes, el 6 de junio de 1897, se llevase a cabo una manifestación religiosa de gran alcance en Castrillo y pueblos de la comarca, en torno a la Virgen de Capilludos, como petición de ayuda en ese difícil trance para España.

(Foto inferior: Recuerdo de la “Peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Capilludos. Extramuros de la villa de Castrillo Tejeriego. (8 Junio 1897)”.)

(Ermita. Fotos: rtve “El escarabajo verde. Palabras de antaño”. Castrillo Tejeriego, Jorge Urdiales. 29-04-22 )

(Iconografía devocional. Fotos inferiores, izquierda: Dioni; derecha: rtve “El escarabajo verde”. J.U. 29-04-22 )

      

(Procesiones de la Virgen de Capilludos. 1968 en el pueblo. 2003, 2017 y 2019 en la “carrera” y en la Ermita) 

(Procesión de la Virgen de Capilludos. Junio de 1990. Grabación vídeo, Ayuntamiento de Castrillo)

(Procesiones de la Virgen de Capilludos. Años 1990 (junio y septiembre) y 1992 (septiembre)  

(Fotos obtenidas del Vídeo Excmo. Ayuntamiento de Castrillo. Fiesta de la Virgen de Capilludos. Eurostar Films – Almersoft.  5 de junio de 1990) 

Fotos obtenidas del Vídeo “Excmo. Ayuntamiento de Castrillo. Fiesta de la Virgen de Capilludos”. Eurostar Films – Almersoft.  5 de junio de 1990. Pérdida de nitidez en las imágenes, al haber sido transformadas a través de varios formatos desde la cinta original.

En relación con la importante fiesta religiosa de Pentecostés (lunes 50 días después del Domingo de Pascua, cerrando este periodo) se conmemora en numerosas poblaciones españolas la festividad de muchas Vírgenes similares a la de Capilludos, como es la del Rocío… En el Domingo final de la semana de Pentecostés también se celebran otras fiestas cercanas, como la del Domingo de la Trinidad.

La fiesta de la Virgen de Capilludos se celebró durante cientos de años el martes, miércoles y jueves de la semana posterior al Domingo de Pentecostés, antes de la recolección del verano; y el ocho de septiembre, después de la recolección cerealista. Hace pocos años la primera se cambió al sábado previo al Domingo de Pentecostés para facilitar su presencia, en días no laborables, a los forasteros y a los que residen fuera de Castrillo. El tercer día de la fiesta se oficia la misa de los cofrades, especialmente de los fallecidos, de la que a su final, fuera del recinto, antiguamente se pasaba lista nominal de los presentes, contestándose “estáaa” y alguno que decía “síii”. 

                                                                                                                                                                                                                                                                     

 

(En el ángulo Noroeste de la explanada de la Ermita existen restos de una excavación, posiblemente realizada para asentamiento de un “punto de mira” con el fin de controlar y cuidar el valle y el término de Castrillo, con la panorámica que se observa en la foto superior. La base de esta excavación, al igual que los escasos vestigios de la casa del ermitaño o ermitaña (“ffreyra”), de la Foto intermedia, asociados a la Ermita desde sus principios, y de la reconstruida o adaptada hacia 1885, al Norte de la Ermita, habitada hasta 1923, presentan unos cimientos muy poco destacables).

(Fotos inferiores: El conocido como “pilón” está labrado en una amplia piedra caliza, con incisiones que pudieran haber sido realizadas para que sirviera como base de un equipo de madera al que proteger sin enterrarle. Foto inferior derecha: Cercano al “pilón”, en su lado Este, existió un pozo, “a unos dos metros de la pared y al ángulo derecho del camarín”, de pocos metros de profundidad y escaso caudal.)        

(Fotos: Javier Rey Morales y Arturo Urdiales Prieto.)

3.- LAS CRUCES

(Bases de las cruces del antiguo Calvario, adquiridas en 1780-1790 para la entonces Cofradía de La Vera Cruz, con relación de los principales donantes (marido y “mvger”), y procedentes aquéllas de canteras ajenas a Castrillo, no descartándose que alguna de estas bases, las redondeadas, tenga el mismo origen que las similares existentes en el pueblo, que luego se citan.)          

(Borde meridional del promontorio-explanada de la Ermita y excelente “mirador”. Cruces del antiguo Calvario, que discurría desde Castrillo a la Ermita, con catorce cruces y sus bases, de piedra caliza. Fotos: Arturo Urdiales Prieto, Diputación Provincial de Valladolid y Luis Domínguez.)    

(Cruces y recuerdos de piedra no elaborados en Castrillo, en memoria de las personas que en esos lugares del término sufrieron desgraciados accidentes. Foto izquierda, Arturo Urdiales Prieto)

4.- EL CONVENTO.

(Izquierda: Antiguo Convento, desamortizado y divido en dos casas. Derecha: Dibujo de Francisco Pedro Roldán Morales.)

(Foto izquierda, esquina descuadrada. Fotos centro y derecha: fachada Norte, en la plaza de Santa Ana (El Caño).)

El Convento se gestionó como tal desde su fundación por los Condes de Salazar en Madrid, en 1619, hasta la desamortización de Mendizábal, en 1835. Fue vendido hacia 1844 y transformado en fragua y luego en dos casas particulares. Está compuesto por una combinación de piedras labradas, sillar, en su base, esquinas y huecos que, al ser muy concretas en un único edificio, pueden proceder principalmente de otros anteriores (castillo, Iglesia románica….), complementadas con algunas del Páramo.

Junto con el Convento se hizo la Iglesia dedicada a Santa Ana, transformada en vivienda después de la desamortización habida, conservándose algunos restos de sus cimientos, así como los de un posible pequeño campanario sobre la pared de piedra existente. Se cita (Diputación Provincial de  Valladolid, 2009) “que tuvo un claustro de dos alturas trazado por Francisco de Praves, apenas quedando rastro de su solar en la memoria”. Hoy, las paredes exteriores se encuentran rematadas en lo alto con varias filas de adobes.

Condicionada por la distribución del casco urbano, la esquina exterior del Convento tiene un ángulo obtuso, por tanto descuadrado, y ello obligaría a que las piedras para su construcción fueran obtenidas y labradas, para su caso, en la cantera. Las restantes son muy variadas, desde las que también están labradas (en pared y huecos) y que habrían tenido el mismo origen, hasta las que pudieran proceder de otros edificios anteriores e incluso directamente del Páramo sin apenas labrarse.

Contiguo al Convento, en su lado occidental, existió el antiguo PALACIO, construido hacia 1530, unos 90 años antes que aquél, por orden de don Bernardino de Velasco, abuelo del Conde Salazar y que tenía el mismo nombre, para alojarse, sustituyendo, seguramente al considerar ya poco adecuada, por antigua o poco cómoda, la conocida Casa del Conde.

Desaparecido el Palacio hacia 1733, sus piedras y arcos, previsiblemente incluyendo calizas de sillería y otras con alguna selección, fueron vendidos o empleados en la construcción de otros edificios del pueblo, como pudo ser el anterior “juegopelota” (frontón), sin tenerse ahora más precisión.

En la historia de Castrillo, junto con las casas están sus huéspedes, y en 1527, en la casa del Conde o en el aun incipiente palacio, fue acogida por Don Bernardino de Velasco, abuelo del primer Conde de Salazar, durante año y medio, la beata Francisca Hernández, seguidora del Doctor Cazalla de Valladolid (referido por Miguel Delibes en “El Hereje”), que a su vez lo era de las doctrinas luteranas, y que por ello después fue encarcelada por la Inquisición en Toledo. No siempre los Salazar fueron de la total confianza eclesiástica y real, a juzgar por esta historia y el posterior picado, en 1595, de su escudo de armas hasta entonces habido en la ermita, a pesar de que, entre otras gestiones y batallas, fueron importantes mecenas de Castrillo, p.e. seguramente en cuanto a la construcción de la entonces nueva y actual Iglesia, y de que en España tuvieron destacable presencia en la expulsión de los moriscos de 1609. También con el Concejo de Castrillo hubo varios contenciosos al no reconocerles aquél como “señor” (Condes de Salazar), con una reclamación de que “eran bastardos” y además “se excedían en sus derechos”, debiéndose considerar, por un lado sus importantes poderes y propiedades, y por otro la devoción y segura prestación con donaciones a la ermita de la Virgen de Capilludos, como parece ser la del actual retablo por Doña Catalina Guevara de Velasco.

Don Bernardino de Velasco vivió en Madrid en la Carrera de San Jerónimo. Cervantes está enterrado muy cerca, a dos o tres manzanas, en el Convento de las Trinitarias Descalzas, hoy calle de Lope de Vega, y en el Quijote, en el episodio del morisco Ricote, éste indica que “no hay que esperar favores ni dádivas del gran don Bernardino de Velasco, conde Salazar”.

En la misma zona madrileña (hoy denominada barrio de Las Letras), próximas a la citada carrera y calle, vivió también por aquel entonces Lope de Vega (curiosamente en la hoy calle de Cervantes), cuya casa ha sido rehabilitada y es un ejemplo de lo que eran las viviendas de los cultos y adinerados del momento, hoy casa no muy grande, de dos plantas (bajas de altura) y un discreto huerto. Es muy probable la relación entre los Velasco, Cervantes, Lope de Vega…

 En Castrillo algún anecdótico objeto de piedra presenta una franja roja y otra azul formando una cruz, cuya simbología se corresponde con la de los Monjes Trinitarios.   

             

(Teatralización, en 2019, de una misa en honor a don Bernardino de Velasco en la iglesia de Castrillo. Al fondo el altar mayor en la primera foto, y el coro en la segunda.)

(Fotografía aérea Vuelo Americano 1956-57, I.G.N. Casco urbano de Castrillo, ajustándose inicialmente a la morfología de la ladera meridional del cerro del Castillo. El Palacio y El Convento, con una pasarela entre ambos, ocuparon una zona de buena calidad agrícola, éste con huerto, pozo y noria, acoplándose entre las casas del pueblo y el Jaramiel, que aquí pasa de tener dirección casi Este-Oeste a ser EEN-OOS. Se incluye la margen izquierda del Jaramiel, con la traza del antiguo canal, de la entonces Comunidad de Regantes.)

Con línea roja continua se indica el curso más probable del inicial arroyo Valdenebrera, que todavía en el año del vuelo (1956) tiene un resto de cauce en su zona final, al acabar en el Jaramiel.

El área del Palacio, construido en 1530, aparentemente segregó un cuadrado en el Nordeste para construir el Convento en 1619. La línea roja discontinua marca el actual cauce, descubierto hasta los años 1950-1960. Posiblemente cuando hicieron el Convento, o incluso el Palacio, ya desviaron el cauce por detrás, no por delante de sus fachadas, pasándole sin que molestara su entrada, forzando su sentido incluso Oeste-Este (“contracorriente”), ajustándose para dejar libres las parcelas del Convento y del Palacio.

Hacia el Este de esta superficie del Palacio y Convento, se diferenció, entre el entonces límite del pueblo (calles Real-Mayor y actual carretera) y el Jaramiel, una zona de huertos y eras (marcada con línea de trazos negra), con otra limítrofe con el arroyo (El Henchidero), peor drenada y con mayor presencia de turbera.

Se representan los tres puentes habidos en el arroyo de Valdenebrera antes de cubrirse desde el Pradillo. Puente Norte para paso de carros, ovejas…; intermedio, continuación de la calle de la Plaza Vieja, con una pequeña “lancha” de piedra, sólo para personas; y puente en la carretera para todo tipo de vehículos. 

5.- LA PANERA DE LA IGLESIA (“CILLA” o “ACILLA “o “TERCIA”).

(Foto aérea desde el Norte, en primer término la panera y detrás la Iglesia. Entre ambas estuvo el anterior cementerio.) 

(Antigua panera de los diezmos cobrados por la Iglesia y construida en 1796, o más bien reconstruida, al existir ya en el siglo XVI y antes. Piedras calizas, seleccionadas y  poco labradas. Pueden ser piedras, tanto recuperadas de edificios anteriores como otras traídas del Páramo, sin necesidad de obtenerlas de una cantera.)

6.- EL CEMENTERIO  

              

(Fotos superiores: El cementerio, hace unos años.)

(Fotos actuales: Paredes Este y Norte del cementerio, con puertas de acceso)      

(Actual ampliación al Este, con excavación del suelo en el cotarro, bajo el cual existe otro asentamiento-camposanto-necrópolis de hace unos 2300 años, posiblemente vacceo, con silos-hoyos descubiertos hace 15 años)

En este también denominado Cotarro de la Horca, en 1885 se inició la construcción del cementerio actual, efectuada por un “contratista” de Quintanilla, y trasladándose el que había en la zona Norte de la Iglesia. También hacia 1820 la Iglesia del Convento tenía un pequeño cementerio para uso propio y de apoyo a la gente del pueblo.

Para la construcción del nuevo cementerio, la piedra caliza labrada debió obtenerse de alguna cantera del Páramo del mismo pueblo que el constructor, en el cual, situado al Sur del pueblo, existen calizas similares a las de Castrillo pero con mejor explotabilidad en cuanto a la potencia (espesor) de sus piedras, como las que conforman este Cementerio (católico, civil y depósito de cadáveres en la pertinente habitación, bendecido como tal por el Párroco en 1887), que fue ocupado con cierta urgencia debido a la epidemia del cólera. Hoy está en fase de ampliación hacia el Este.

(Cementerio. Fotos obtenidas del Vídeo Excmo. Ayuntamiento de Castrillo. Fiesta de la Virgen de Capilludos. Eurostar Films – Almersoft.  5 de junio de 1990.)

Epílogo:

Contraste de las vistas aéreas del casco urbano de Castrillo en 1956 y del actual.

 (1956. Arroyo de Valdenebrera. Pradillo–Caño–Huertos, descubierto (trazo rojo), tres puentes (puntos rojos), y juego-pelota (verde). Vuelo Americano.)

( Actualmente. Arroyo de Valdenebrera, El Pradillo - El Caño – Los Huertos, cubierto. Nuevas escuelas, nuevas casas, naves agrícolas…. I.G.N.)

Bibliografía

Anónimo. Un sacerdote de la diócesis de Palencia de la Unión Apostólica (U.A.). “Entre dos Castrillos… (D. Facundo Palacios Arias)”. 1944.

Aula de Cultura. “Castrillo Tejeriego”, 1992.

Ayuntamiento de Castrillo Tejeriego, Excmo. Vídeo “Fiesta de la Virgen de Capilludos”. Eurostar Films – Almersoft.  5 de junio de 1990.

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Madoz, Pascual. “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar”. 1845.

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Reglero de la Fuente, Carlos M. y Herrero Jiménez, M. “Escritura, Poder y Vida Campesina en la Castilla del Siglo XIV: El Registro Notarial de Castrillo-Tejeriego (Gonzalo Pérez) (1334-1335)”. 2021.

rtve. Ana G. Wonham. “El escarabajo verde - Palabras de antaño”, Castrillo Tejeriego, Jorge Urdiales. 2022

Somodevilla y Bengoechea, Cenón. Marqués de la Ensenada. 1752. “Catastro”. Transcripción de las Respuestas Generales practicadas en la villa de Castrillo Tejeriego, por Carlos Urdiales, 2010.

Travieso, J. M. y Olmedo, Rubén. “Virgen de Capilludos, el apego a un roble del valle del Jaramiel”. domuspucelae.blogspot.com. 2021

Urrea Fernández, Jesús. “Catálogo monumental de la Provincia de Valladolid. Antiguo Partido Judicial de Valoria la Buena”. Diputación de Valladolid. 2004.

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“www.mispueblos.es”.2014

Zalama Rodríguez, M. A. “Ermitas y Santuarios de la Provincia de Valladolid”. Diputación de Valladolid. 1987.

Sin descartar ninguna de las valiosas aportaciones anteriores, hoy destacar el magnífico testimonio escrito de los Registros del Notario-Escribano de Castrillo, Gonzalo Pérez, en 1334-1335, y de quienes los han descubierto, estudiado y difundido. Un minuto de Castrillo, hace años y perfectamente documentado.